Un fanfic sobre Robert Pattinson y Bobby Long

domingo, 18 de abril de 2010

Once <-> Soy el mayor cabrón del Reino Unido


Pensé que este día no llegaría, pero... ¡ChanChan! Capítulo Once, ¡por fín! Gracias, gracias, gracias a los que leéis esta historia. Y gracias especiales a Lu, que me ha ayudado, e iluminado, con este capítulo. Espero poder contar contigo para el siguiente :)



Banda Sonora <-> David Guetta - Memories

Lady Gaga - Monster -------> ¡gracias Lu! !es una letra perfecta!













Robert



Un día te levantas por la mañana y eres un cabrón. Así sin más. Solía considerarme una buena persona, y todo el mundo que me conocía, también pensaba eso de mí. No hacía daño a nadie, ayudaba en todo lo que podía a mi familia y era amigo de mis amigos. Entonces, ¿por qué de repente me había convertido en algo que no quería ser? ¿Qué me había pasado?


Me levanté de la cama y me dirigí al baño. Estaba, otra vez, en una jodida habitación de un jodido hotel en Los Angeles. Como odiaba esta ciudad; me lo había dado todo, pero también me había robado una parte importante de mi vida. Abrí el grifo del lavabo y me quedé mirando mi reflejo en el espejo; daba asco. No; daba pena. Pena y asco, que más da. Escuchaba el agua correr mientras examinaba con detenimiento mi cara; ojeras profundas, barba de varios días y…


-“¡Un jodido chupón!“ - grité en cuanto vi la marca de mi cuello. Pasé mis dedos por esa zona. Todavía estaba dolorida, y roja. Sacudí la cabeza y cerré el grifo, dirigiéndome de nuevo a la habitación, y deteniéndome en seco antes de llegar a la cama. Ahí estaba, todavía dormida, desnuda, boca abajo, con las sábanas tapando sus piernas, dejando a la vista una espalda y un culo perfecto. Caminé hasta la mesilla de noche de mi lado de la cama, cuando de repente su cuerpo se movió. Volví a pararme, y seguí caminando, despacio y en silencio, de puntillas. No quería despertarla. Rodeé la cama y llegué a la mesa, cogiendo mis vaqueros y mi camiseta del día anterior, todavía apestando a tabaco y a cerveza. No me extrañaba que se dijera por ahí que yo olía mal, me lo había ganado a pulso. Me senté en la cama para vestirme, cuando un par de brazos rodearon mi cuello, y una humedad comenzó a invadir mi cuello. Mi cuerpo se tensó de inmediato.


-“Buenos días, guapo.“ - susurró en mi oído una voz extraña con un fuerte acento americano. Terminé de abrocharme el pantalón y agarré sus manos, apartando rápidamente sus brazos de mi cuerpo.


-“Tienes que irte.“ - dije con voz ronca mientras me agachaba para recoger la camiseta. Miré por encima de mi hombro en cuanto escuché que la chica en cuestión protestaba. - “Ahora.“


-“¿Es que no quieres un revolcón de buenos días?“ - me preguntó tentativa, mientras se tumbaba en la cama, totalmente desnuda, abriendo las piernas ligeramente, dejando a la vista sus partes, y masajeando mi oreja con su pie. Dios, iba a vomitar. -“Venga, se que te apetece.“


-“Te has acostado conmigo una noche. No creo que sepas lo que me apetece en cada momento.“ - le respondí borde, enfadado e irritado, mientras me ponía la camiseta. Escuché como chistaba y se sentaba en la cama. No sabía quien era, no sabía como se llamaba. Lo único que sabía es que me la había tirado la noche anterior en un intento de olvidarme de lo que había dejado en Londres; el motivo por el que me había convertido en un autentico cabrón.


-“Eres como todos.“ - me dijo poniéndose de pie y caminando hacia la ventana. Se agachó y recogió un paquete de cigarrillos que había tirado en el suelo. Mi paquete de cigarrillos. Sacó uno y lo encendió, mientras yo lo miraba con ansias, como un drogadicto. Eso sí que me apetecía. -“Pensaba que eras diferente. Ya sabes; el galán inglés del que todos hablan. Educado, humilde. El típico que sabe tratar a las chicas. Pero veo que me he equivocado.“


Me puse de pie, recogiendo mis gafas de sol, mi iPhone y arrancándole la cajetilla literalmente de las manos.


-“Tienes toda la puta razón; soy el mayor cabrón del Reino Unido.“ - encendí un cigarro, mientras el humo bajaba por mi garganta y entraba en mis pulmones, relajándome casi al instante. Mientras expulsaba el humo, la examiné con la mirada; era bajita, de piel canela y pelirroja. Pelirroja… En ese momento, una punzada de culpabilidad se asentó en mi estómago. Ahora sabía porque la había traído conmigo a esta habitación. Necesitaba purgarme de la pelirroja que había hecho tambalear mi vida. Y un clavo quita a otro clavo.


-“Deberías darte una ducha. Estás hecho un asco.“


-“No quiero verte aquí cuando haya vuelto.“


Me puse las gafas de sol y di media vuelta, abriendo la puerta y cerrándola con un fuerte portazo, mientras escuchaba la risa casi diabólica al otro lado de la puerta. En cuanto me metí en el ascensor, saqué el teléfono y comprobé el correo. Pero no había nada de ella. Por supuesto, pensé. Ahora mismo estaría con Bobby, disfrutando de su novio, alejada de mí, el cabrón de Robert. Suspiré resignado y me giré para verme en el espejo. El jodido chupón.


Las puertas del ascensor se abrieron y Steph ya estaba allí, leyendo el periódico, sentada en los sillones de la recepción. En cuando me vio se levantó y caminó hacia mí.


-“¿Pero qué…?“ - comenzó a preguntar, sin terminar la frase. Sus ojos se clavaron en mi cuello, poniendo los ojos como platos y levantando su mano lentamente, señalando directamente al jodido punto morado. -“¡Rob!“


-“¡Lo se, lo se!“ - le contesté apartando la cabeza, evitando que me tocara. -“No ha sido culpa mía, ¿vale?“


-“Nunca aprenderás…“ - respondió poniendo los ojos en blanco y entregándome un folio. -“Esas son las preguntas que te van a hacer en la radio. Léetelas y vete pensando en respuestas. Y gracias a Dios que no te van a grabar la cara.“






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Llegué al hotel unas dos después. Estaba agotado, con resaca y pocas horas de sueño. Todavía no me había acostumbrado al calor californiano después de años, y era como si mi cerebro se estuviese derritiendo. Abrí la puerta de la habitación y fui directamente al mueble bar a por una coca-cola fría. Por suerte, estaba sola; la chica me había hecho caso y se había ido, no sin antes dejarme una nota encima de la cama. La cogí sin intención de hacerle caso, por curioso por saber que ponía. Sí, soy bastante bipolar.


“Para ser un cabrón, follas bastante bien.

Llámame. 555-349071. Iris.“


Ni de coña iba a llamarla. Arrugué el papel en mi mano y lo tiré por la ventana. Puede que algún otro tío lo recogiera y le diera la oportunidad de su vida. Mientras me bebía el refresco, volví a comprobar mi móvil; una llamada de mi madre, un mensaje de Sam y ningún correo interesante. Decidí que era hora de darme por vencido; no iba a llamarme, lo había dejado bastante claro la última noche que habíamos estado juntos. Esa noche. Se me empezó a poner dura en cuando mi mente decidió traicionarme y comencé a recordar con total claridad mi última noche en Londres; me ponía su olor, su manera de caminar, su acento, la manera en que movía los ojos cuando algo le parecía mal. Como se ponía de puntillas para besarme, su mano agarrando mi pelo mientras la atraía hacia mí cuando la abrazaba. ¿Por qué ella? Podía tener a cualquier chica del mundo, y tenía que ser ella. El sonido de mi móvil me devolvió a la realidad. Era un mensaje de Steph, mi representante, para que no me olvidara de la premiere de esta noche. Cómo para olvidarme. Era la 1 del mediodía, y en cuatro horas llegaría todo el séquito de estilistas y peluqueros para vestirme y arreglarme.


Decidí darme una ducha y aliviarme un poco. El mejor momento del día, sin duda. Volví a recordar mi noche con ella, en el callejón. Me imaginé que era su mano la que me acariciaba, y que era lluvia lo que resbalaba por mi cuerpo. Imaginé sus gemidos, su respiración entrecortada, su lengua contra la mía. Aceleré los movimientos de mi mano cuando recreé ese momento que ambos compartíamos por primera vez. La estrechez de su cuerpo, mientras la lluvia fría mojaba mi entrepierna cada vez que entraba y salía, mandó una sacudida a mi cuerpo, llevándome de pleno al orgasmo. Eché la cabeza hacia atrás, apoyándola en los azulejos de la ducha mientras me liberaba. Esto no era nuevo para mí; llevaba dos jodidas semanas de la misma manera. Pensé en incluirlo en mi agenda: 13:00 pm - Masturbación.


Salí con la toalla anudada a mis caderas, y el calor pegajoso me envolvió rápidamente. Todavía me quedaban unas horas para que el trajín propio de una premiere comenzara. Me moría de sueño, pero sabía que si me echaba a dormir ahora, no habría fuerza humana que me despertara. Así que decidí encender el portátil y entretenerme de alguna manera. Me senté en el suelo, con la espalda apoyada en el borde de la cama, y abrí otra coca-cola.


Navegué por páginas sin demasiado interés; visité la página de la Premier League, la de algunos periódicos ingleses y Amazon, para aumentar mi biblioteca. Decidí abrir el chat del portátil; quizás Tom estaba conectado, ligando con alguna de sus rubias. Pero Tom no estaba. En su lugar estaba Bobby, y mi estómago se encogió por instinto. Pasé mis dedos por las teclas, vacilante, sin saber muy bien si escribirle. Después de unos minutos, decidí escribirle algo, para pasar el tiempo.


“Bobby, cabrón“


Esperé a su contestación, pero allí no apareció mensaje alguno.


“Se que estás ahí“


Pasó un minuto, y nada. Le di otro sorbo a la lata.


“Boooooooooooobby“


Me levanté del suelo y cogí el cenicero que había en la ventana. Aproveché para cerrar las cortinas, en un intento de bloquear el mayor sol posible. Volví a al suelo, y me coloqué el portátil en las piernas, encendiendo un cigarro, mirando la pantalla fijamente.


“Capullo estoy en pelotas delante de un ordenador, contéstame“


“Bob, Bob, Bob, Booooooby“


Después de diez minutos, me di por vencido. Miré el reloj del portátil y me di cuenta de que quizás estuviese en pleno concierto. ¿Dónde había dicho Lola que iban a estar? Joder, ni me acordaba. Lo único que recordaba con total claridad era su cuerpo, y su boca entreabierta mientras jadeaba mi nombre. Cogí el portátil y lo pasé por encima de mi cabeza, colocándolo con cuidado sobre la cama. Terminé de fumar cuando un bip retumbó en la habitación. Me senté rápidamente sobre la cama y abrí de nuevo el portátil:


“Bobby no está. Lo siento“


Sonreí para mi mismo y el nudo de mi estómago se deshizo inmediatamente. Era ella. Tenía que ser ella. Casi podía verla con el ceño fruncido, escribiendo torpemente. Podía incluso oler su colonia, y sentir la suave piel de sus muslos bajo mis dedos. Estaba jodido. Y estaba enfermo. La sola idea de que pudiera estar a punto de hablar con Lola otra vez me puso cachondo.


“¿Eres Lola?“


Mis dedos escribieron la pregunta a una velocidad sobrehumana. Tenía que salir de dudas cuanto antes; mis partes me lo agradecerían.


“Sí“


Bingo. Agarré el portátil y me tumbé en la cama, apoyando la espalda sobre la almohada, poniéndome cómodo y relajando mi cuerpo al instante, al saber que ella estaba al otro lado de la pantalla.


Soy Rob“ “¿Qué tal?“


Un par de minutos más tarde, y cuando pensaba que iba a darme un infarto, recibí su respuesta.


“Bien“


¿Estaba enfadada? Bueno, no era para menos. No me había comportado con ella como debería, es decir, mantener mis garras alejadas de ella.


Yo también estoy bien. Gracias por preguntar“


Me reí mientras escribía. La iba a provocar. Quería provocarla, lo necesitaba, un poco de relajación antes de la premiere. Al principio sus respuestas eran simples, escuetas, dándome a entender que no quería saber nada de mí.


“¿Te acuerdas de lo que te dije aquella noche?“


“Creo que sí“


“Repítelo“


“Que no ibas a poder olvidarte de mí“


La sonrisa se me borró enseguida de la cara al leer su respuesta. Se me encogió el corazón, recordando sus ojos llenos de lágrimas, antes de meterse en el taxi y desaparecer, mientras yo me quedaba en el borde de la acera, viendo como se iba la chica que me tenía obsesionado. Suspiré y comencé a escribir de nuevo. Necesitaba saber que ella también pensaba en mí.


“Y no puedo. ¿Tú piensas en mí?“


Mi corazón latía a mil por hora mientras esperaba su respuesta. Esto se estaba escapando de mis manos. ¿Por qué las cosas siempre tenían que irme tan mal en las relaciones? Y si Lola no estuviese con Bobby, ¿podría salir con ella, como personas normales? La respuesta era clara: no. Yo no era una persona normal. No podía llevar una vida normal, y mucho menos, involucrar a alguien ajeno a este mundo en ella. Estoy seguro de que no podría soportarlo. La pena comenzó a clavarse en mi pecho, y por primera vez, consideré la idea de que, a lo mejor, había encontrado a la mujer de mi vida. Nunca antes había sentido esta especie de fuerza magnética hacia nadie.


“Todos los días“


“¿Qué llevas puesto?“


Mis dedos quemaban mientras tecleaba. Decidí cambiar de tema; si seguíamos por ahí, abriendo nuestros corazones, la cosa acabaría mal, porque estaría dispuesto a mandar a la mierda la premiere, coger el primer avión y plantarme donde quiera que estuviese ella, raptarla y esconderla del resto del mundo para siempre. Mi único anhelo era hacerla mía, como el puto cromagnon que era.


“Venga Lo. Tengo una premiere esta noche y necesito relajarme“


“¿Una premiere? Pídele ayuda a Kristen con eso“


Touchè. Me había dado donde más dolía. Nadie sabía que Kristen y yo lo habíamos dejado un par de días después de que yo volviera de Londres. Y, aunque en parte había sido aliviador, también me había afectado. Tenía que trabajar con ella en la última película del jodido Crepúsculo, e iba a ser más duro de lo que me imaginaba.


“De Bel Ami. Y ya no estoy con Kristen“


¿Qué coño hacía? ¿Por qué le contaba esto a ella? Nadie lo sabía, ni siquiera Tom, mi mejor amigo. ¿Estaba intentado ablandarla para…? No, no podía hacerle eso. Que yo fuera un cabrón no significaba que ella fuera a dejar a Bobby por mí. Aunque esa idea mandó un torbellino de alegría por todo mi cuerpo. Cabrón.


“Me alegro por el estreno. Lo segundo no me importa“


Cuando una chica dice no, en realidad es un sí. ¿Dónde había escuchado eso? De la boca de Stu, por supuesto… No pude evitar sonreír. Claro que le importaba. Estaba tan jodida con este tema como yo. La idea del secuestro cada vez era más clara en mi cabeza.


“Siento ser repetitivo pero…¿qué llevas puesto?“


El bulto de mi entrepierna comenzó a hacerse notable debajo del portátil. Me retorcí incómodo en la cama, sintiendo que iba a necesitar otra ducha liberadora más tarde.


“Vaqueros, camiseta… nada sexy“


Sacudí la cabeza mientras me reía, sabiendo que se estaba haciendo la tonta.


“No, ah ah. Me refiero a que llevas debajo de eso…“


Comencé a morderme las uñas a medida que los minutos iban pasando y no recibía respuesta. Mis ojos se fijaron en el reloj; 1 minuto, 3 minutos, 8 minutos…


“Estoy sorteando un secuestro y tienes todas las papeletas…“


10 minutos…


“Ojalá las cosas no fueran tan difíciles, ojalá te hubiese conocido un año antes…“


17 minutos… No aguantaba más. Decidí soltarlo todo de golpe.


“Lo que intento decirte es que estoy pillado por ti hasta las trancas“


“Dime algo, por favor“


Ya habían pasado 20 minutos, y una sensación de culpa invadió mi cuerpo, sintiendo que la había cagado por completo. Al fin y al cabo, ¿quién era yo para meterme en la relación de dos personas? Estaba fuera de mí. Sentía rabia y pena, desesperación y envidia. Cogí mi móvil y marqué su número. Esperé un tono, dos y tres, pero no me respondió. Esto no era propio de mí. ¿Y si estaba con Bobby? Me cortaría las pelotas, y luego se las pasaría al resto de mis amigos para que jugaran al cricket con ellas. Las novias de los amigos eran sagradas.


Cerré el portátil con furia y me dirigí a la ventana, encendiendo otro cigarro y dejando que la brisa caliente me tranquilizara. Mientras mi mirada ser perdía en el mar, pensé en la posibilidad de largarme de esta ciudad de una vez por todas. Llevaba casi cuatro años aquí, con amigos que venían para irse, confiando en personas que contaba con los dedos de una sola mano. En Londres tenía a mi familia, mis amigos de verdad, y toda mi vida. Todo esto de ser actor comenzaba a cansarme, y ya no solo por los palos que siempre recibiría de la crítica; no me dejaba respirar. Mi sueño era ser músico, tener una vida totalmente diferente a la que estaba llevando. Conocer a una chica y estar con ella, sin prensa, acosos, entrevistas, rumores, cotilleos en revistas… Y aunque siempre me había dado escalofríos, la idea de formar una familia se me pasaba cada vez más por la cabeza. Mi propia familia.


Dejé de mirar el mar cuando dos grandes coches aparcaron en la puerta del hotel. Vi bajar a dos mujeres con fundas de trajes, y a Stephanie detrás de ellas. Puse los ojos en blanco y me encendí otro cigarro antes de que llegaran.


Iba a ser una noche muy dura…




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“La actuación de Pattinson es brillante, limpia… casi parece que realmente ha vivido en el siglo XIX“


Gracias, tío.


“Rob Pattinson se aleja por fin del vampiro que le ha dado fama; Chicas, si de verdad amáis vuestra vida, no veáis esta película“


¿Pero qué…?


¿Edward qué? Robert Pattinson alcanza la madurez en su nueva película. ¿Estamos ante un nuevo clásico del cine?“


Una a una fui leyendo las críticas de la prensa que me iba pasando Steph. Había pasado una desde el estreno de Bel Ami, y estaba en pleno vuelo, de nuevo volvía a casa. Pero no de vacaciones, ya que al día siguiente tenía la premiere en Londres. Había mandado invitaciones a todos mis amigos, aunque realmente a la que más esperaba ver era a Lola.


Dejé los periódicos a un lado, y cerré los ojos, intentado dormir algo antes de aterrizar. Estaba agotado, tanto física y como mentalmente; entrevistas, visitas a programas de televisión, radio, teléfono, autógrafos, sesiones de fotos… Seguía sin acostumbrarme a ello. Recordé la última conversación que Nikki y yo tuvimos, hacía ya más de un año. Estábamos en su apartamento, celebrando Acción de Gracias con el resto del elenco de la película. Había tenido una especie de crisis, superado por todo esto de la fama, y Nikki me había dado ánimos, diciéndome que nunca dejara que me pisotearan, que por mucho que hablaran mal de mí, debía levantar la cabeza y seguir adelante. Se me encogió el estómago al acordarme de ella; era una tía genial, alguien en quien realmente confiaba. Nunca sabré cual fue el motivo por el que nos distanciamos tanto; ella simplemente se alejó.


Me quedé dormido pensando en aquello, y me desperté por un codazo que Steph me dio en todas mis costillas, dando un respingo sobre el asiento. Las luces se encendieron y la voz del piloto anunciando el vuelo resonó por la cabina. Aterrizamos, recogí mi equipaje y el taxi me llevó hasta el hotel. Otro jodido hotel. Ni siquiera podía ir a casa de mis padres. Los llamé en cuanto llegué, así como a Sam, Tom y Marcus. No era capaz de llamar a Bobby y hablar con él. Necesitaba estos dos días para prepararme mentalmente.



Así que exactamente un par de días más tarde, estaba en Leicester Square, caminando por la alfombra roja, mientras un baño de flashes caía sobre mí. La dinámica de estos eventos era simple, pero había que tener una técnica muy depurada para parecer natural; sonrisa, mirada, sonrisa, me muerdo el labio, miro a las chicas, me detengo, me meto las manos en los bolsillos, vuelvo a sonreír, me paso las manos por el pelo, y sigo mi camino. Steph y unos cuantos guardaespaldas me guiaron durante todo el camino hasta la entrada del cine, parándome para responder las distintas preguntas que me hacía la prensa, y firmar alguna foto mía.


20 minutos más tarde, entramos en el cine, y yo me fui directo a la zona VIP, donde servían las bebidas y unos aperitivos. No quería verme en la gran pantalla, nunca lo hacía, me entraba el pánico y ganas de vomitar. Mi familia estaría dentro, y mis amigos…


Una enorme sonrisa se me asentó en la cara cuando los vi en la zona VIP. Marcus vino corriendo y nos abrazamos, y luego se unió Sam y Tom. Stella apareció luego, con una copa de champagne en la mano. Se acercó a mí, y me dio un gran abrazo.


-“No eres capaz de oler el champagne y no servirte una copa, ¿no?“ - le dije riendo mientras se bebía prácticamente toda la copa.


-“Ya me conoces; no desprecio el alcohol cuando es gratis.“


-“¿No ha venido Bobby?“


Las palabras se escaparon de mi boca mientras examinaba la sala. Si Bobby no había venido, lo más seguro es que Lola tampoco. El nudo de mi estómago se hizo más fuerte, y la sonrisa comenzó a desaparecer ante la idea de que ella no estuviera aquí, en mi gran noche. Su sola presencia ya era un gran apoyo para mí.


-“¿Bobby? Está en Italia“ - me dijo confusa, mirándome mientras bebía. -“Y Lola no ha querido venir.“


Mi cuerpo se paralizó al escuchar su nombre. No había querido venir. ¿Era por mí? Lo cierto es que no había vuelto a hablar con ella desde nuestra “ciber-conversación“. Mi mente trazó un plan enseguida. Miré la hora y rápidamente me serví una copa, uniéndome a los demás. No presté atención a nada de lo que hablaban, solo podía pensar en una cosa. Tres whiskys y 45 minutos más tarde, me disculpé con la excusa de ir al baño, y salí por la puerta trasera del cine. Por suerte, no había nadie. Me quité la chaqueta del traje y me aflojé la corbata, subiéndome al primer taxi que pasaba por allí.


Steph y todo el mundo me iba a matar por esto.


LLegué a su portal y sonreí al ver que la puerta del portal estaba abierta. Por ahora, la suerte jugaba de mi lado. Subí las escaleras con las piernas temblorosas, y cuando llegué a su puerta, cogí aire con fuerza y lo expulsé, tratando de relajarme. Levanté la mano para llamar al timbre, pero me detuve en seco, tomándome unos segundos para meditar lo que estaba a punto de hacer.


En cuanto tocara ese timbre y la puerta se abriera, no iba a haber vuelta atrás.


Mi plan de secuestro estaba decidido.


Iba a hacerla mía, sin importarme nada más.


Pero… ¿valdría la pena romper mi amistad con Bobby por una tía?


Bajé la mano enseguida, cerrando los ojos y apoyando la cabeza en la pared, dándome pequeños golpes mientras lo pensaba. A veces es necesario arriesgar cosas importantes de tu vida para conseguir lo que más quieres.


Bobby era alguien muy importante en mi vida. Y Lola era lo que más quería.


Pero ¿y si me arrepentía? ¿Y si llegara el día en que me diera cuenta del monumental error que había cometido, y no pudiera dar marcha atrás en el tiempo y arreglar las cosas con Bobby?


El amor no es para siempre, pero un amigo sí. Pero el que no arriesga, no gana. Y por primera vez, necesitaba ganar en algo.


Casi sin pensarlo, pulse el timbre. El silencio del edificio era abrumador, y podía escuchar la televisión al otro lado de la puerta. Mi corriente sanguíneo comenzó a concentrarse en mi cabeza en cuando la puerta se abrió.


Sí, valía la pena arriesgarlo todo.


Allí estaba ella, con una camiseta vieja y unos pantalones cortos, muy cortos. En cuanto levantó la cabeza y me vio, sus ojos se abrieron imposiblemente, y sus mejillas se volvieron rojas.


-“Hey.“ - dije, saludando con la mano. -“¿Qué tal?“


-“¡Bobby!“


-“No te hagas la tonta, ya se que Bobby está en Italia.“


-“Entonces, ¿qué haces aquí?“


-“Necesitaba verte. ¿Puedo pasar?“


Lola vaciló un momento, mirándome con rabia, apretando los puños contra la puerta. Se apartó, dejándome entrar. Cerró la puerta y se quedó apoyada en ella, con las manos en su espalda, mirándome fijamente.


-“Robert, esto no puede ser. Lo dejamos muy claro hace unas sem-“


-“Tengo que hablar contigo. Hay algo que me está matando por dentro. Y no es arrepentimiento.“


-“Robert, por favor…“ Me acerqué más a ella, y cogí su cara entre mis manos, haciendo que me mirara directamente a los ojos. -“No puedes aparecer aquí de repente, sin avisar y ponerte a gritar.. Tengo vecinos, y además la ducha encendida…“


El sonido de la ducha de fondo abrumó todos mis sentidos. La cogí en brazos, colocándola sobre mi hombro y me dirigí al cuarto de baño, metiéndola en la bañera, vestida, y después entré yo, sin quitarme ni la ropa ni los zapatos. Puse mis brazos a ambos lados de su cabeza, acorralándola, impidiendo que se moviera. El agua tibia comenzó a empapar nuestra ropa.


-“¡¿Se puede saber que coño haces?! ¿Y no se supone que tenías una premiere hoy? ¿Dónde están los demás?“


Me apreté más a ella y besé su mejilla, sintiendo su cuerpo a través de la ropa empapada, llenándome de calor inmediatamente. Puso sus manos sobre mi pecho, tratando de apartarme pero era como si estuviese allí clavado.


-“Quiero llevarte conmigo. Quiero que estés conmigo todo el tiempo.“ - le dije mientras sujetaba su cara y juntaba mi frente con la suya, con los ojos cerrados y tragando saliva con dificultad. Mi voz era temblorosa y el ruido del agua cayendo sobre nosotros dificultaba el momento.


-“¡Robert! ¡Estás loco!“ - gritó ella intentando liberarse de mí. Apreté todavía más mi cuerpo contra el suyo, en un intento por no dejarla escapar. Nunca. -“¡No puedes hacerme esto!“


-“Todos estos… celos, toda la envidia, y la rabia que siento me está matando.“ - dejé de hablar y abrí los ojos, mirando los de ella directamente. Pude ver pánico, miedo, estaba al borde del llanto y el pelo mojada le caía por la cara. Se lo aparté y acerqué mis labios a los suyos, sin llegar a besarla. -“Se que tú estás tan jodida como yo.“


-“Yo…“ - dijo cerrando los ojos e inclinando la cabeza hacia delante, dejando sus labios a escasos milímetros de los míos. Sentí su aliento entrar en mi boca cuando un suspiro escapó de su pecho. -“…. no puedo fiarme de ti.“


-“Dame una semana. Solo dame una jodida semana para demostrarte que lo que digo es verdad.“


-“¡Robert! ¡No puedes esperar que yo lo deje todo solo porque tú te hayas encaprichado conmigo! Yo tengo una vida, con Bobby…“ - su voz se quebró en cuanto su novio salió a la palestra. Las lágrimas que caían por sus mejillas se confundieron con el agua de la ducha y agachó la cabeza, sollozando con fuerza.


-“¿De verdad crees que si fueras un simple capricho estaría aquí, escapándome de una premiere, en una ducha contigo, a punto de romper una jodida norma de la amistad? Conozco de sobra las putas consecuencias que esto podría tener, pero… quiero jugármelo todo. Por ti.“ - pasé mis pulgares por debajo de sus ojos, para limpiar sus lágrimas. “Mírame.“ - le dije, levantando su cara. Abrió los ojos, con una mueca de dolor, sin poder para de llorar. -“Mírame a los ojos y dime que no sientes las mismas jodidas cosas que yo.“


-“No siento las mismas jodidas cosas que tú.“ - dijo bajando la mirada y poniendo sus manos sobre las mías. Sus sollozos eran ahora más audibles y me estaba partiendo el alma.


-“No.“ - dije, volviendo a levantar su cabeza, haciendo que abriera los ojos y clavara sus ojos castaños en los míos. ¿O eran verdes? - “Mírame a los ojos y dímelo.“ - le dije, casi como un ruego, despacio.


-“Robert…“ - dijo de nuevo con la voz quebrada. La camiseta blanca dejaba casi completamente a la vista sus pechos, que se movían fieramente por su respiración nerviosa. Casi sin quererlo, mi mano se deslizó por debajo de su ropa empapada, acariciando lentamente su piel mojada y caliente, mientras esperaba una respuesta de su boca. Sentí como se estremecía cuando mis dedos llegaron al borde de su pecho, pasando mi pulgar por el contorno del mismo. Y entonces sucedió.


Agarró mi pelo y pegó su boca contra la mía bruscamente, casi dolía, y nuestras lenguas se enroscaron, como si fuese una necesidad vital. Realmente lo era. Dejé salir todo el aire que llevaba tiempo aguantando y comencé a desabrochar su pequeño pantalón vaquero, mientras sus manos tiraba de la chaqueta de mi traje, deslizándola por mis hombros. Sin dejar su boca, me deshice el nudo de la corbata, quitándomela torpemente. De repente la lujuria me nubló cualquier trazo de cordura, y me separé de ella, colocando la corbata sobre sus ojos, atándola en su cabeza.


-“¿Pero qué..?“


-“Shh… déjame experimentar.“ - le susurré al oído mientras deslizaba sus pantalones por sus piernas. Escuché un jadeo escapar de sus labios y sonreí victorioso.


El traje y la camisa estaban tan mojados que incluso me pesaba, así que cogí sus manos y la guié hasta mi pecho, ordenándole que desabrochara la carísima camisa blanca que llevaba. Steph me iba a matar por esto. Los directivos de la productora me iban a matar por esto. La representante de Gucci me iba a matar por esto. Y Lola me estaba matando, poco a poco, con cada caricia de sus dedos sobre mi pecho desnudo. Tenía la polla tan dura y las pelotas tan tensas que pensé que estallarían ahí mismo si no me alivia pronto. Puse mis manos sobre sus tetas, sintiendo el agua calada en su camiseta, haciéndolos imposiblemente apetecibles; quería masajearlos, apretarlos, chuparlos, morderlos, metérmelos en la boca. Y cuando en mi cabeza solo había tetas, Lola se deslizó hacia abajo sin despegarse de los azulejos de la pared, mordiéndose el labio, con las manos aferradas a la hebilla de mi cinturón.


-“Oh… joder, Lo.“ - dije gimiendo en cuanto me di cuenta de lo que se proponía hacer. Y yo no iba a oponerme. Con rapidez, me desabroché el cinturón y me bajé la cremallera, liberando a la bestia, palpitante e impaciente. Cogí su barbilla y la guié hasta ella, sin perder detalle, observando como su respiración se paraba en seco con un jadeo cuando la punta rozó sus labios rosados. Mi cuerpo tembló cuando sentí su aliento sobre mí, esperando unos segundos antes de entrar por completo en su boca, sintiendo como la anticipación me embriagaba.


En cuanto la humedad y el calor de su boca cubrieron mi polla por completo, el resto del mundo dejó de existir; ya no había remordimientos, ni rabia, ni celos, ni envidia… Ni siquiera sentía el traje mojado sobre mi piel. Joder, ¿hacía cuánto que no me hacían esto? ¿Meses? ¿Años? Sin quererlo la imagen de Kristen vino a mi cabeza, recordando el poco sexo que habíamos tenido en los dos años que duramos. Abrí los ojos y miré hacia abajo, sacando a Kristen de mi cabeza. La imagen de la larga melena castaña de Lola, empapada, cayendo sobre su espalda y hombros, mientras mi polla entraba y salía de su boca era suficiente para hacer que me olvidara de cualquier cosa. Apoyé ambas manos sobre las azulejos y sacudí un poco las caderas, permitiéndome entrar con más ímpetu en su boca. Noté su garganta y un gemido que vibró por toda mi entrepierna, avisándome de que mi liberación era inmediata.


-“Joder… para, Lo…“ - le pedí gimiendo, deseando poder correrme dentro de ella, no en su boca. Coloqué un dedo debajo de su barbilla y levanté su cabeza, y aunque no podía ver nada, sonrió, lamiéndose los labios.


Definitivamente, iba a matarme poco a poco.


La sujeté por los codos para ayudarla a ponerse de pie, y nos volvimos a besar desaforadamente, mordiendo sus labios. Podría pasarme el resto de mi vida de esta guisa. Dejé su boca para comerle el cuello, mordisqueando la delicada piel, y mientras mis manos se deshacían de la camiseta, las suyas me quitaban la camisa y el pantalón, dejándonos totalmente desnudos, uno frente al otro, por primera vez. Aproveché que sus ojos no podían verme para tomarme mi tiempo y examinar su cuerpo; delgada pero con curvas, pequeño pero bien formado, con un tono canela, nada que ver con la palidez a la que estaba acostumbrado. Su ombligo estaba decorado con un piercing rojo que destacaba sobre su piel. Casi sin pensarlo, mi boca bajo hasta el, acariciándolo con la lengua. Seguí subiendo, besando cada centímetro del camino, y llegando a sus tetas. Mis ansiadas tetas. Como si fuesen pequeños tesoros, los acaricié con las palmas de mis manos, deleitándome con el calor que daban, y lo suaves que eran. Me puse de rodillas y los lamí, los chupé, los mordí. Dios, hasta quería follarlos. Sus jadeos se clavaban en mis oídos como si fuesen cuchillos, casi parecía que me rogaba que terminara con esta ansiedad.


-“Quiero que te des la vuelta, muy despacio, y que pongas las manos sobre la cabeza.“ - le dije mientras mordisqueaba el lóbulo de su oreja. Me estremecí al escucharme, totalmente fuera de control, desesperado por convencerla de algún modo de… ¿hacerla mía? Mi lado cromagnon parecía no querer abandonarme.


Su única respuesta fue un jadeo, y poco a poco se fue dando la vuelta, sin dejar de besar mi boca. Agarré sus muñecas y las levanté por encima de su cabeza, apretando mi cuerpo contra al suyo.


-“Abre las piernas.“ - le dije mientras colocaba mi cadera a la altura de la suya. Separó las piernas hasta quedar totalmente expuesta a mí, apoyando un pie sobre el borde de la bañera.


En el momento en que entré en ella, mi mente dejó de regir; calor, humedad, su cuerpo mojado, sus jadeos incontrolables, mis gruñidos cromagnones, mi mano agarrando con fuerza sus dos muñecas, su melena cayendo por su espalda. Mis pelotas se movían adelante y atrás rítmicamente, sacudiendo su entrepierna frenéticamente, y a medida que notaba que su cuerpo se estremecía, avisándome de que su orgasmo estaba cerca, aumenté la velocidad de mis caderas. Dejé de sujetar sus muñecas y me agarré a sus perfectas caderas, ganando velocidad y firmeza.


Le pedí que se corriera conmigo, y tuve que hacer verdaderos esfuerzos para no llegar primero. Pero en cuanto sentí sus músculos palpitando alrededor de mi polla, no esperé más, y me colapsé en su interior, derramándome por completo.


Después de esto, no iba a haber jodida manera de alejarme más de ella.


Con una mano todavía apoyada en la pared, pasé el brazo izquierdo por su cintura, descansado mi barbilla sobre su cabeza mientras esperaba a que mis latidos volvieran a la normalidad. Lola acarició mi mano con la suya, entrelazando nuestros dedos y dejando salir un suspiro:


-“Oh dios mío…“


-“¿Qué ocurre?“


-“Tu… tu traje. ¿Cómo vas a volver a casa?“ - me preguntó terriblemente preocupada, todavía con su espalda apoyada en mi pecho. No pude evitar reírme por el tono inquietante de su voz. Giré la cabeza para ver la pila de ropa totalmente mojada que había a los pies del lavabo.


-“Ya pensaremos en eso luego.“ - le respondí, dándole un beso en la coronilla. -“Y además, duermo en un hotel.“


-“¿Un hotel? ¿En serio?“ - me preguntó girándose lentamente, y arqueando una ceja. Puse mis manos a ambos lados de su cara mientras seguía riéndome y besé sus labios. Salí de la bañera y cogí la toalla que colgaba detrás de la puerta, secándome rápidamente el cuerpo y pasándosela a ella. ¿Esa toalla no sería de…? Sacudí la cabeza para dejar de pensar sobre eso, y me dirigí a mi montón de ropa. Mojada. Chorreaba. Miré a Lola riéndome y se llevó las manos a la boca, sorprendida y asustada. Se anudó la toalla alrededor del cuerpo y salió de la ducha, cogiendo parte del traje y estrujándolo entre sus manos, observando como caía el agua.-“Tienes un problema muy, muy gordo, Rob.“


Sonreí. Era la primera vez que me llamaba así, y sonaba mejor que en cualquier otra jodida boca.


-“Escucha, Lo,“ - le empecé a decir mientras dejaba el traje y la camisa dentro de lavabo. -“Creo que vas a tener que… dejarme algo de… bueno, ya sabes.“ Lola arqueó una ceja, mirándome fijamente. -“Ropa.“


-“Oh.“ - respondió, bajando la mirada hasta el suelo. Estaba seguro de que los dos sentíamos los mismo en ese momento; bochorno. Que tuviera que dejarme ropa de Bobby era algo humillante. Nos quedamos en silencio un rato, hasta que finalmente levantó la cabeza y asintió. -“Claro. Te dejaré algo.“


Se dio la vuelta, dirigiéndose a su habitación. En ese momento, escuché mi móvil, y soltando una ráfaga de insultos, lo recogí del suelo. Estaba mojado, pero por suerte seguía vivo. Miré la pantalla; 45 llamadas perdidas. La sangre se me subió de golpe a la cabeza, haciendo que casi me mareara. Lo silencié y lo dejé sobre el lavabo, justo cuando Lola volvió con un pantalón y una camiseta.


Me vestí rápidamente, guardé el móvil, y recogí el traje todavía mojado y salí del baño. Lola estaba esperando en la entrada. Me detuve delante de ella, mirándonos a los ojos, mientras el nudo del estómago volvía a asentarse en mi interior. Aún no me había ido y ya la echaba de menos. Esta era una situación realmente jodida.


-“Escucha,“ - le dije bajando la cabeza, intentando ocultar la tristeza en mi voz. -“Quería pedirte algo.“


-“¿Lo qué?“


Me quedé paralizado y en silencio un momento, mientras mi mente maquinaba a toda velocidad. Su pie comenzó a moverse impaciente.


-“Pasa una semana conmigo. Solos. Tú y yo.“


-“¿Qué?“


-“En un hotel, lejos de aquí.“ - seguí diciendo, como si las palabras escaparan de mi boca. Otro silencio incómodo se apoderó de nosotros, tan solo escuchando su respiración nerviosa y mi móvil vibrando en mi bolsillo. Solté todo el aire que había en mis pulmones. -“Tengo que irme o me cortarán las pelotas. ¿Te lo pensarás, al menos?“


-“Robert…“ - empezó a decir, casi con lágrimas en los ojos. -“No soy tu zorra.“


Me di la vuelta, abrí la puerta y me detuve antes de salir, girándome y mirándola por encima del hombro, como el cabrón que soy.


-“Ya veremos.“




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Os dejo la letra de la canción “Monster“, que va per-fec-ta :D



Look at him
Look at me
That boy is bad
And honestly
He’s a wolf in disguise
But I can’t stop staring in those evil eyes

I asked my girlfriend if she’d seen you round before
She mumbled something while we got down on the floor baby
We might’ve fucked not really sure, don’t quite recall
But something tells me that I’ve seen him, yeah

That boy is a monster
M-M-M-Monster
That boy is a monster
M-M-M-Monster
That boy is a monster
Er-er-er-er

He ate my heart
...

He licked his lips
Said to me
Girl you look good enough to eat
Put his arms around me
Said “Boy now get your paws right off me”

I asked my girlfriend if she’d seen you round before
She mumbled something while we got down on the floor baby

We might’ve fucked not really sure, don’t quite recall
But something tells me that I’ve seen him, yeah

That boy is a monster
M-M-M-Monster
That boy is a monster
M-M-M-Monster
That boy is a monster
Er-er-er-er

He ate my heart
...

He ate my heart
He ate my heart
Instead he’s a monster in my bed

I wanna Just Dance
But he took me home instead
Uh oh! There was a monster in my bed
We french kissed on a subway train
He tore my clothes right off

He ate my heart the he ate my brain
Uh oh uh oh
(I love that girl)
(Wanna talk to her, she’s hot as hell)







12 comentarios:

  1. wowowowow!!! que capitulazooo
    ya se te extrañaba por aqui!!! Diosss amo este Robert... uffff q calorrr

    Saluditos!!!

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  2. uffff que bueno ! Te echaba de menos, graciassssssss, gracias por subir nuevo capi y hacerme disfrutar.
    Un besoooo

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  3. joder, no me gusta..NO ME GUSTA! joder pobre bobby!!!! grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

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  4. Holaa!!! Se te echaba de menos!!
    Tengo sentimientos encontrados con este capi...
    Por un lado estoy ardiendo xk maadre mia, este rob salidorro me encanta y me encanta ke lo suyo sea mutuo
    Pero por otro....me da mucha pena bobby, el esta fuera de concierto y su novia le pone los cuernos con uno de sus mejores amigos.....pobre, con lo rico ke es.
    En fin....a ver como termina todo esto, pero sea como sea...sera triste seguro :(
    Estoy deseando leer el siguiente
    Un besitoo

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  5. madre mia que dilema, como fiarte de rob... pero imposible ceder a sus encantos... arff!!!! Siempre lo mismo, estar con una persona que te conviene, tranquila y demás, o estar con una persona que lleva una vida dificil pero te hace poner la piel de gallina cada vez que lo ves... TIC TAC TIC TAC... me encanta!!!!! yo lo tendria clarisimo!!!!! me quedo con rob!!! solo se vive una vez y si mi cabeza me traiciona de esa manera... lo otro no vale la pena... arfff vosotras quedaros con bobby y yo con rob JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA me encanta tu ficc!!!!!!!!!! por dioss continuaaa!!!! no lo dejes o serás la responsable de dejar a alguien muerta de la ansiedad para el resto de tu vida jaajjajajajaja , un besote y felicidades por tu fic!!!

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  6. DIOS SANTO QE CAPITULAZOOOOO, ME HE KEDADO CON UNAS GANAS DE MASSSSSS, X FIS NO NOS ABANDONES TANTO TIEMPO, MUERO DE LA ANGUSTIA CUANDO TE AUSENTAS POR MUCHO. Y SI DE VERDAD Q KE DILEMA POBRE LOLA, POR UN LADO EL TIPO TIERNO Y CON UNA VIDA RELAJADA Y TRANKILA Y POR EL OTRO LADO UN TIPO CON UNA VIDA LLENA DE LOCURA Y PRESION PERO ALMISMO TIEMPO GUAPISIMOOOO Y EL HOMBRE MAS DESEADO DEL PLANETA TIERRA, DIOS CON KIEN SE KEDARA NUESTRA KERIDA LOLA????

    GRACIAS NOS ESTAMOS LEYENDO.

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  7. hola... me encanta tu fic... tienes una fanatica en colombia... por favor no te demores tanto..

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  8. Yo con todo gusto acepto la propuesta de Robert sin chistar. Ya te extrañaba es bueno leer un capitulo. Saludos

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  9. El capítulo genial como siempre. Pobre Bobby me muero por saber como resuelves el trío. saludos

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  10. Syuuuuuuuuu, jajaj, me parece k vas a tener k compratir.....yo tambien me kedo con ese rollito.......si me tr aiciona le cuerpo es pork lo otro no me convence del todo,...aunk sea lo mejor para mi!!! uuufff, estoy enganchada, y tengo monazo!!! necesito otra dosis en vena!!!!!

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  11. QUIERO CAPI, QUIERO CAPI, QUIERO CAPIII, QUIERO CAPIII!!! jajajaja mira como me tienes!!!
    verooo ya te digoooo si opinamos lo mismo jajajajajajajajaja me encanta este fic ;-D

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  12. HOLA NENAAAAAAAAAA CUANDO ACTUALIZAS QUE SEA PRONTO ESTA ESTA BUENISIMO FELICIDADESSSSSSSSSSSS ME ENCANTA ESTE FICCCC,NO PUEDO ESPERAR LEER EL PROXIMO CAPITULO CHAUUUUU

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