Un fanfic sobre Robert Pattinson y Bobby Long

domingo, 7 de febrero de 2010

Nueve <-> Le echaremos la culpa al alcohol.

Como siempre... ¡Gracias por leer y por los comentarios! Son muy, muy alentadores. :)


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Banda Sonora : Kid Rock - So hot




Tan pronto como el sol entró por la ventana, comencé a notar en mi cuerpo todo el calor que había echado en falta toda la noche. No sabía a que hora había llegado anoche, ni me acordaba como demonios había conseguido llegar a casa sana y salva. Tampoco sabía como pude quedarme dormida, entre tanto llanto, ansiedad y la extraña sensación que se había apoderado de mi cuerpo debilitado y profanado. Debilitado después de tanto alcohol y fiesta. Profanado porque ya no pertenecía solo a Bobby. Ahora una parte de mí gritaba porque Robert lo tocara otra vez. Que volviera a poner sus manos sobre mi cadera, mi cintura, mi culo. Que volviera a apretarme contra aquella pared, fría y húmeda. Y que sus labios devoraran los míos con la misma fiereza y rabia. Deseaba volver a tirar de su pelo, atrayéndolo hacia mí con intensidad, mientras profundizaba en su boca, acariciando mi lengua con la suya, chocando nuestros dientes y mordiendo mi labio hasta casi hacerme sangre.


Ahora, con los rayos de sol iluminando el salón, podía pensar con claridad. Había estado mal. Muy mal. Me sentía como una auténtica mierda, por haberle hecho eso a Bobby. Le había sido infiel tan solo unos pocos días después de que se fuera de gira. Pero al mismo tiempo, sentía que un enjambre de mariposas revoloteaban mi estómago. Odiaba a Robert por haberme hecho desearle tanto, y también… ¿lo quería? No era amor, eso estaba claro. Amor era lo yo sentía hacia Bobby. Simplemente era puro deseo. Como si su cuerpo ejerciera una fuerza gravitatoria hacia el mío, y no pudiera contenerme cuando él estaba cerca. Así que para calmar mi enorme sentimiento de culpabilidad, me decía a mi misma que la culpa no era mía, si no de él por estar tan rematadamente bueno.


Eso no servía de nada en el mundo real.


En el mundo real, tarde o temprano, iba a encontrarme con Bobby, y sabía que las escenas de ayer se repetirían una y otra vez en mi cabeza cada vez que él me tocase o besase. Y el reencuentro iba a tener lugar dentro de dos semanas, en París. No me iba a dar tiempo para recuperarme. Tenía que tomar medidas extremas, como irme de Londres, volver a Madrid y desintoxicarme como si fuese una yonki adicta a la boca de Robert Pattinson.


Lo cierto es que necesitaba consejo. Necesitaba hablar con alguien de esto, poder desahogarme, gritarlo, sacarlo de mi cuerpo de una vez por todas. Pero, ¿con quién? Stella era mi mejor y única amiga aquí, pero sabía que en este tipo de situaciones, lo mejor era mantenerla alejada de ti. Sabía que se posesionaría a favor de Robert por encima de todo, y no quería escuchar algo así.


Jamie era un cotilla absoluto, y un gay por encima de todo, así que lo único que escucharía de su boca serían ánimos para que lo repitiera. Go girl!


Miriam era una persona ajena a todo esto. Sabía lo de Bobby, por supuesto, pero en el fondo no se lo creía mucho. Así que irle con el cuento de que me había comido la boca con Robert Pattinson en el baño del Groucho era algo que su mente no iba a poder asimilar bien. La quería demasiado como para volverla loca.


Sam, Marcus. Descartados. A los chicos normalmente este tipo de historias les importan una mierda, aunque se trate de dos amigos. Nunca quieren involucrarse demasiado. Me escucharían, por supuesto, pero no se pronunciarían. Y puede que me cogieran algo de asco.


Pero de pronto vi la luz… ¿Tom? Con Tom tenía toda la confianza del mundo. Era el mejor amigo de Robert, y había vivido con Bobby lo suficiente para conocerlo perfectamente. Además de escucharme, me daría consejos. Y aunque en el fondo era bastante cotilla, sabía que cualquier cosa que le contase iría con él a la tumba. Respiré hondo, y casi a trompicones, me levanté hasta la entrada, donde había tirado mi bolso al suelo anoche. Saqué el móvil y lo llamé.


-“¡Amiga!“ - me contestó nada más descolgar con un casi perfecto español. -“¿Cómo estás?“


-“Bien, bien. Escucha, ¿te apetece venir a desayunar a casa? Tengo bollitos y té.“ - Tom no podía resistirse a los bollos con té.


-“Mmmm…. no se…. ¿intuyo oscuras intenciones tras los bollos y el té?“


-“Tengo que hablar contigo de algo.“ - le dije rápidamente, escupiendo las palabras cuanto antes. Tom se quedó en silencio unos segundos.


-“Estoy ahí en un rato.“


Colgamos el teléfono y me dirigí a la ducha. Mientras me enjabonaba el cuerpo y el pelo pensé en la manera de contárselo sin montar un drama. Pero era imposible. Era un gran drama. No quería que pensara que había utilizado a Bobby para tener algo con Robert, la gran estrella del cine. Puede que muchas chicas lo hubiesen intentado antes, pero yo desde luego, no. Vale, me gustaba Robert desde que lo vi en Crepúsculo, pero nunca pretendí que mi relación con Bobby fuese una especie de aperitivo mientras me ligaba a su amigo. A Bobby lo quería, lo amaba con toda mi alma. Esto había sido un gran error. El gran error de mi vida.




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Robert



Puta cerveza. Puto Groucho. Putos baños y putas novias de los amigos que están buenas. La cabeza me daba vueltas, la resaca me estaba matando, y para más inri, Kristen no dejaba de llamar a mi móvil. Ahora no, por favor. Lo último que necesitaba en este jodido momento era escuchar su voz mientras me ponía a parir. Pulsé el botón de colgar y hundí mi cabeza en la almohada. Ya era la tercera vez que le colgaba, y espera que ya se diese cuenta de que no quería hablar con ella. Nuestra relación estaba al límite, y no sabía como cortar con todo eso. No era fácil para nosotros; las películas, las giras de promoción, sesiones de fotos, entrevistas, rumores, desmentidos… Todo era una puta locura a lo que ya nos habíamos acostumbrado justo cuando nosotros ya estábamos más que acabados como pareja. Pero por alguna extraña razón nos era imposible desvincularnos. Lo nuestro era un “ni contigo ni sin ti“. Pero ya no podía más.


Me tapé las orejas con la almohada en cuanto escuché a el teléfono de Tom sonar. Ese timbre me martilleaba la cabeza, y el cabrón no lo cogía. Tanteé con mi mano en el suelo, buscando algo para tirarle a la cabeza. Un zapato. Agarrándolo por los cordones se lo lancé y fue a parar directo a su nariz. Bingo.


-“¡Joder! ¿Qué coño haces, Patty?“ - me dijo con la lengua todavía como un trapo. Patty… me llamaban así desde el colegio.


-“Te están llamando, gilipollas. Quiero dormir. Así que contesta o me tiro encima tuya.“


Levanté un poco la cabeza para ver como salía de la cama en pelotas y buscaba su móvil en el bolsillo de su pantalón. Me reí por lo bajo al ver que seguía despertándose empalmado, como cuando éramos adolescentes y dormíamos los sábados en casa de algún amigo para poder salir de noche. Pero mi risa se paró en seco al escuchar que Tom contestaba al móvil en español. Y solo había una española en su vida. Lola.


Al principio parecía divertirse, pero de repente su cara cambió a seria, diciéndole que estaría allí en un rato. No podía ser cierto. ¿No sería capaz de contarle lo que había pasado tan solo unas horas atrás?


-“¿Te vas?“ - le pregunté, intentado que me contara algo. Podría impedir que fuese a casa de Lola de todas las maneras posibles.


-“Voy a ir hasta casa de Lola, a desayunar. ¿Te vienes?“


Se me hizo un nudo en la garganta, e incluso mi entrepierna vibró al escuchar su nombre, y de repente todas las imágenes de ayer se me pasaron por la cabeza. El sabor de su boca, a limón y cerezas, el tacto de su piel, su mano agarrando con fuerza mi pelo. Mi mano sobre su culo. Mi lengua contra la suya. Su respiración entrecortada. El sonido de la música retumbando en mis oídos. La horrible sensación de saber que estás haciendo algo mal pero no poder parar.


-“Gracias pero no. Quiero dormir.“ - le contesté mientras volví a hundir la cara sobre la almohada. Escuché como se vestía y se iba. Y entonces se me pasó por la cabeza hablar con Lola antes de que Tom llegara a su casa. Tenía que disculparme, pedirle perdón por haberme comportado así. Ella era la novia de uno de mis mejores amigos, y tenía que saber que la respetaba como tal. Pero había algo contra lo que no podía luchar.


Me gustaba.


Y me gustaba mucho. Desde que Bobby me la enseñó, en una foto que me había mandado por email, no me la había podido quitar de la cabeza. La última vez que me había gustado tanto una chica fue en el colegio, y por aquel entonces, todo el género femenino parecía huir de mí. Ahora todo era distinto; con solo chasquear un dedo podría tener a 100 tías para mi solo. Pero me había encaprichado con Lola. Cada vez que me miraba o hablaba con su marcado acento español, todo mi cuerpo se electrificaba. Intenté desde el primer momento que no fuera así. Pero fue inútil. Y en estos casos, el alcohol no ayuda demasiado. Había actuado con ella como un imbécil. No debería haberla hecho sentirse mal con lo de Bobby, pero era algo superior a mí; que él pudiese tenerla todas las noches y yo no. Me había convertido en un cabrón.


Mi teléfono volvió a sonar; Kristen de nuevo. Enfadado y gruñendo para mí mismo, descolgué.


-“Kristen, estoy durmiendo.“ - le dije con los dientes apretados. Miré el reloj de la pared. Eran las 2 de la tarde, lo que significaba que en Los Angeles eran las 7 de la mañana. ¿Qué coño hacía despierta? Era una jodida marmota.


-“No puedo dormir.“ - contestó. Suspiré y me levanté de la cama, caminando hacia la ventana. Otro día con un sol de puta madre. Debería ir a dar una vuelta por Camden. -“¿Rob?“


-“Estoy aquí. Dime, ¿qué te pasa?“


-“Llevo toda la noche dándole vueltas.“


-“¿A qué?“ - le pregunté. Kristen siempre me desconcertaba. Nunca sabía lo que pensaba, y era bastante difícil hacerla hablar cuando algo le preocupaba.


-“A todo. A lo que hablamos el último día que estuve en Londres. Quizás tengas razón y lo mejor sea… darnos un tiempo.“


-“Kris… sabes que lo dije por el bien de los dos, ¿verdad? Es mejor parar antes de que todo vaya a peor. Tenemos que trabajar juntos otros 5 meses. Si seguimos que esto nos consuma, llegará un momento en que no podamos ni vernos.“


-“Lo se, lo se. Es solo que… “


-“¿Qué?“


-“Que no creo que pueda soportar verte con otras chicas.“


-“Joder Kristen… ¿por qué te pones a pensar ahora en esas cosas? No puedes ser tan.. celosa, joder…yo tuve que soportar verte con Michael cuando ya estabas conmigo y jamás protesté. Si decidimos terminar con esto, somos libres para salir con quien queramos.“


-“Si dices eso, es que ya tienes el ojo puesto en alguna.“


-“Joder… mira, me acabo de despertar, tengo resaca, me pican los huevos y aún tengo que ir a mi casa a comer por el cumpleaños de mi madre, así que si no te importa, hablamos en otra ocasión.“


-“No hace falta. Doy por terminado lo nuestro.“


Y diciendo eso, me colgó. ¿Doy por terminado? Siempre había sido una niñata, pero eso me había llegado al alma. Echando humo por las orejas, encendí un cigarro, esperando calmarme un poco. Me puse los mismos pantalones que anoche y una camiseta de Tom, me calcé y con mis gafas de sol puestas, salí por la puerta. Marcus todavía roncaba en su habitación. Suerte la suya que estaba soltero.




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Lola



Estaba secándome el pelo con el secador cuando escuché el timbre de la puerta. Pobre Tom. Todavía tenía las llaves del piso, pero le daba corte entrar sin llamar. Corrí hacia la puerta y le abrí, recibiéndole con un abrazo.


-“Solo vengo por los bollos. Lo sabes, ¿verdad?“ - me dijo mientras entraba en el piso.


-“Los bollos también lo saben. Están en el salón esperando por ti.“


Preparé el té mientras Tom encendía la tele y empezaba a comer. Nos serví una taza a cada uno y me senté frente a él.


-“Bueno,“ - dijo suspirando, mientras cogía la taza entre sus manos. -“¿De qué quieres hablar?“


-“Mmmm… es complicado. En realidad, es muy, muy complicado. No se ni por donde empezar.“ - le dije mientras mi estómago se encogía. Tenía la misma sensación que tienes cuando vas a hacer el examen más importante de tu vida.


-“Yo también tengo algo que contarte.“ - me dijo Tom agachando la cabeza. Aguanté la respiración unos segundos para soltar todo el aire lentamente. -“Pero tú primero.“


-“No, no. Empieza tú.“


-“No. De eso nada. Tú me has llamado.“


-“Insisto, Stu. Lo mío puede esperar.“


-“No lo creo. Has dicho que era muy, muy complicado. Hagamos una cosa.“


-“¿El qué?“


-“Yo hago preguntas, y tú contestas. Así será más fácil. Y luego tú haces lo mismo conmigo.“


-“Está bien.“


Se sentó en el suelo, apoyando su espalda en el sofá con la taza entre sus manos. Yo hice lo mismo con el sofá de enfrente. Recogí mis piernas contra mi pecho e intenté calmarme.


-“¿Tiene algo que ver con Bobby?“ - me preguntó. Asentí con la cabeza, y él hizo lo mismo, recogiendo datos. -“Bien. ¿Ha hecho Bobby algo mal?“


-“¿Qué? ¡No!“


-“O sea, que la que ha hecho algo mal, has sido tú, ¿no?“ - Volví a asentir, casi al borde del llanto. Gracias a dios Tom hacía que todo fuera más fácil, dándole su especial toque de humor. - “¿Has hecho algo que podría incomodar a Bobby?“


-“Sí. Mucho.“


-“Vale… o sea que… podría haber otra persona… ¿me equivoco?“


-“Has dado de pleno.“ - le dije yo, mientras las lágrimas salían de mis ojos por instinto. Me estiré las mangas de mi camiseta y me sequé con ellas.


-“Hey, no llores.“ - me dijo Tom mientras se sentaba a mi lado y me pasaba un brazo por los hombros. -“¿Tan malo es?“


-“Es peor que malo, Tom. Es horrible. Soy la peor persona del mundo.“


-“No creo que sea peor que lo mío.“ - me dijo sonriendo, tratando de quitarle peso al asunto, algo que era imposible.


-“¡Tom! ¡Esto es serio! Ayer me…. mmmm…. me di un beso con… Rrrr…Rrrrrooo…. con Rob.“


-“¿Solo uno?“


-“¡No! Más de uno, Tom… pero solo fueron besos, te lo juro.“ - las lágrimas seguían saliendo de mis ojos.


-“Bueno… entonces tampoco es para tanto…A ver, claro que es algo por lo que sentirse culpable, pero todos cometemos errores alguna vez, y si estás arrepentida significa que quieres a tu novio y que no lo volverás a repetir.“


-“Estoy muy arrepentida.“


-“Entonces, no le des más vueltas. Aunque Robert podía haberse tragado la lengua… No tendrá bocas donde meterla, que tiene que hacerlo con la tuya.“ - dijo ente risas. Le di un codazo en las costillas, haciendo que le saliera el té por la nariz. Y me reí. Por primera vez en ese día, a pesar de mi bochorno, Tom hizo que sonriera. Justo lo que necesitaba; desahogarme y reírme.


-“Por favor, no se lo cuentes a nadie.“


-“Mis labios están sellados.“ - dijo mientras hacía el gesto de coserse la boca.


-“Bueno… ¿y a ti que te ha pasado?“


Tom esbozó una gran sonrisa, mientras miraba al techo. Conocía esa cara; era la que ponía cuando la noche anterior se había liado con una tía.


-“He hecho algo horrible.“ - dijo imitando mi voz y mi acento español. Volví a darle un codazo en el costado. -“¡En serio! Es algo horrible, aunque eso no signifique que esté arrepentido, como tú.“


-“Tom, en serio, eres idiota. Dime de una vez que ha pasado o te meto los bollos por la nariz.“


“¿Te acuerdas de Lizzy?“


-“Tom… dime que no te has liado con ella… por favor.“


-“Ba… no es la primera vez. Siempre hace que le doy asco, pero en el fondo se muere por mi cuerpo.“


-“Pero… ¿Robert lo sabe?“


-“Ni de coña… me cortaría la polla. Los tíos tenemos una norma; nada de tirarse a las novias, ex novias o hermanas de los amigos.“


-“Ya veo, ya...“


-“Pero ya nos conoces… no somos muy de normas.“


-“Estáis locos. Todos.“


-“Jamás pensé que diría esto pero… ayer los dos fuimos invadidos por un Pattinson.“


Cogí un cojín del sofá y le di con él en la cara, y así estuvimos un rato. Me quedé bastante aliviada al contarle todo eso a Tom, y además, sabía que no iba a contar nada. Al fin y al cabo todos teníamos secretos que guardar.



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Esa tarde, como no, tuve que ir a trabajar, y evité a toda costa, que Jamie me preguntara por la fiesta de ayer, pero fue inútil. Su vena cotilla estaba al rojo vivo y llegué a pensar que podía leer mi mente. Gracias a dios, recibí una llamada a móvil justo cuando me preguntó por ello. Era un número que no conocía, pero decidí contestar igualmente.


-“¿DIga?“


-“¿Lola? Soy Bobby.“


Como si de una maldición se tratara, miles de flashes con escenas de ayer me pasaron por la cabeza en el momento en que escuché su voz.


-“Bobby… ¿qué pasa?“


-“He perdido mi teléfono. No pude llamarte ayer, lo siento tanto.“


-“¡No pasa nada! Quiero decir, estoy.. estoy bien.“


-“¿En serio? Te noto nerviosa.“


-“¡No que va! Estoy perfectamente. Es que… estoy trabajando, no puedo hablar ahora mismo.“


-“Está bien…“ - dijo después de suspirar profundamente. -“¿Te llamo por la noche?“


-“¡Claro! Hasta la noche, pues.“


Colgué el teléfono rápidamente con un nudo en el estómago. Me di la vuelta y allí estaba Jamie clavado, escuchando toda mi corta conversación.


-“Lola… ¿hay algo que no me hayas contado?“


-“¿Qué? ¡No! ¿Qué iba a pasar?“


-“Hueles a problemas con tu novio y a sexo reciente.“


-“Y tú hueles a gay cotilla metomentodo que a está a punto de recibir un puñetazo.“


-“Eres tan joven e inexperta. Cuéntale a Daddy Jamie que has hecho ayer.“


-“Jamie, en serio, tu sentido del olfato está algo atrofiado. ¿Puedo volver al trabajo, ahora?“


Esquivé a Jamie como pude y salí de la barra para recoger unas mesas y servir otras. Esa noche trabajé como nunca, tan solo para evitar estar mucho tiempo detrás de la barra con Jamie. Y si pensaba que mi día no podía ir peor, de repente Stella entró por la puerta del pub. Se sentó en uno de los taburetes de la barra y Jamie le sirvió una cerveza, mientras esperaba por mí.


-“Stella, ¿qué haces aquí?“ - le pregunté mientras dejaba la bandeja sobre la barra y metía los vasos sucios en el lavavajillas.


-“Me he peleado con Sam.“ - me dijo después de beber un gran sorbo de cerveza. Señor… esto ahora no, por favor.


-“¿Por qué?“


-“Porque los hombres son todos idiotas, Lola. A Sam no le llega con que vivamos juntos y hagamos todos juntos. No. Ahora quiere más.“


-“¿Qué quieres decir?“


-“Quiere que nos casemos.“ - me dijo después de una pausa. Se me cayó un vaso al suelo en cuanto pronunció la palabra “casemos“. -“¿Ves? Hasta tú lo ves ilógico.“


-“Lo siento, me ha pillado por sorpresa.“


-“¿Pero que le pasa por la cabeza? ¿Tengo pinta de señora casada? ¡No! ¡Soy joven, tengo 24 jodidos años! A mi edad lo normal es ir de compras, emborracharse y follar. Nada más.“


-“No se que decirte, Stella. Lleváis muchos años juntos, quizás no sea tan mala idea.“ - le dije suavemente mientras ella clavaba sus ojos envenenados en mí. -“O quizás sí…“


-“¡Claro que es mala idea! ¿Qué pensarías si Bobby te pidiese matrimonio un día de estos?“ - su pregunta hizo que me temblara el pulso mientras tiraba una caña de cerveza. En mi cabeza no era Bobby el que me lo pedía. Era Rob.


Dejé que Stella se explayara a gusto mientras yo seguía sirviendo cerveza tras cerveza. Yo no era la persona más indicada para darle consejo ahora mismo sobre eso, y menos aún a ella. Cualquier cosa que dijese a favor de Sam, podría ser mi sentencia de muerte.


Llegó la hora de cerrar el pub y Stella y yo compartimos un taxi. Por un momento pensé que iba a venirse a casa conmigo, y respiré tranquila cuando se despidió de mi y siguió en el taxi su camino. Llegué y me duche otra vez, para quitarme el penetrante olor a cerveza y humo que llevaba en la ropa y el pelo. Encendí la televisión, revisé mis correos y cuando me disponía a hacerme algo de cenar, sonó el timbre de la puerta. Puse los ojos en blanco al imaginarme que sería Stella, arrepentida de volver a su casa y esperando que le dejara dormir en la mía. Abrí la puerta tal y como estaba vestida; con una camiseta vieja de Bobby que me llegaba justo por debajo del culo. Pero no era Stella la que llamaba a la puerta.


-“Hola…“


Era Robert, con una caja de pizza en sus manos. Lo primero que pensé fue en cerrarle la puerta en las narices y mandarlo a él y a su pizza a la mierda. Lo segundo que pensé fue en lo guapísimo que estaba con el pelo y la ropa empapados por la lluvia y en lo bien que le quedaban las camisetas grises algo apretadas.


-“Hola… ¿qué haces aquí?“


-“¿Puedo pasar?“ - me preguntó casi temblando. Me aparté de la puerta para que pasara. - “He traído una pizza, y un trozo de tarta.“


-“¿Tarta?“


-“Sí… mmmmm… hoy ha sido el cumpleaños de mi madre y… bueno… ha sobrado tarta.“


Dios mío. No podía ser más adorable.


Me quedé entusiasmada mirando su sonrisa tímida unos segundos, hasta que reaccioné. Le indiqué que dejara la pizza en la mesa del salón mientras yo cogía un par de platos.


-“Es mi forma de disculparme.“ - me dijo en cuanto comencé a cortar la pizza en porciones. Levanté la mirada y lo miré con el ceño fruncido. -“Por lo de anoche.“


-“No tienes porque hacerlo.“


-“Ya, pero quiero. No me hace mucha gracia que pienses que voy por ahí liándome con las novias de mis amigos. También tienes que perdonar mi actitud contigo; no te odio. No a tí.“


-“Creo que lo mejor es que lo olvidemos.“ - le respondí al borde de un ataque de nervios.


-“Sí… olvidarlo. Por cierto, también he traído una botella de vino. Creo que es de tu país.“ - me dijo mientras se sacaba la botella del interior de su chaqueta.


-“¿Acaso la has robado?“ - le dije al verlo.


-“Sí. Robar vino y besar a novias ajenas son mis dos grandes aficiones.“


Fui a la cocina por dos copas y un abre corchos. Robert tuvo dificultades para abrirla, así que al final tuve que hacerlo yo, con mi habilidad de camarera y serví las dos copas.


-“Rioja. Tienes buen gusto.“ - le dije yo después de probarlo. No es que fuera catadora de vinos profesionales, y en el pub apenas se vendía, pero había que hacerse la interesante. Observé como se acercaba la copa a sus labios y bebía lentamente, y de nuevo, deseé que volviera a poner esos labios carnosos sobre los míos. Seguía con su sabor grabado en mi memoria, y me empecé a preguntar si beber sería buena idea.


Después de cenar y comer la tarta que había traído de su casa, decidimos ver una película. Después de todo, el vino nos había hecho olvidar la incomodidad del principio. Robert se levantó del sofá y echó un vistazo en la columna de dvds que Bobby tenía al lado de la televisión.


-“¿No tenéis películas decentes en esta casa?“ - me preguntó riéndose mientras miraba una a una las películas.


-“Son todas de Bobby.“ - le contesté encogiéndome de hombros.


-“¿Te apetece alguna en especial o me dejas escoger a mí?“


-“Mientras no sea de miedo, me parece perfecto.“


-“Entonces vete a por algo más de beber mientras la escojo.“


Me levanté del sofá y me dirigí al pequeño mueble bar que había en el pasillo. Saqué una botella de vodka y cogí en la cocina dos vasos con hielo. Volví y le enseñé la botella de Absolut a Robert, quien me hizo un signo de aprobación con la mano. Nos volvimos a sentar en el sofá y serví el vodka en los vasos, mientras la película empezaba.


-“¡OH no! El exorcista no, por favor.“ - le rogué en cuanto vi los créditos del principio.


-“Es mi película favorita. No entiendo como puede darte miedo.“


-“No me da miedo; me da pánico.“ - le dije después de bebernos un chupito de vodka los dos.


Y otro.


Y otro más.


Y llegó el quinto y la película ya me estaba haciendo gracia. Mientras bebíamos, la íbamos comentando a nuestra manera, con nuestra mente de alcoholizados, partiéndonos de risa cada vez que la niña poseída hablaba. Llegó un momento en que ambos dijimos a la vez que era igual que Stella cuando se enfadaba. Robert se rió tanto, que se retorció en el sofá, haciendo que su cabeza chocara contra mis rodillas. Y en vez de apartarse, se quedó allí, y casi por instinto, mi mano voló hasta su pelo, acariciándolo suavemente y enredando mis dedos en sus mechones.


-“No, no pares. Es muy relajante.“ - me dijo Rob en cuanto me di cuenta de lo que estaba haciendo y paré mi mano en seco. Le hice caso. Seguí acariciando su pelo, y su mano fue a parar en mi rodilla desnuda. Cerré los ojos y eché la espalda hacia atrás, apoyándome en el respaldo. Robert levantó la cabeza y se aproximó a mí, poniendo su cara a milímetros de la mía.


-“No quiero hacer esto, pero…“ - me dijo, con su boca cada vez más cerca de la mía.


-“Lo se. Yo tampoco puedo evitarlo.“


Y de nuevo, sus labios se apretaron contra los míos. Saboreé su boca como si fuese la primera vez, mientras sus manos subían por mis muslos. Con un rápido movimiento, me agarró por las caderas y se levantó, sentándome en el borde de la ventana. Sus manos seguían acariciando mis muslos y yo metí las mías por debajo de su camiseta, todavía húmeda. El gemido que soltó contra mi boca hizo que me recorriera el cuerpo olas de electricidad.


Había hecho gemir a Robert Pattinson.


Casi sin darme cuenta, su mano derecha estaba en mi entrepierna, acariciando por encima de mis bragas. Levanté su camiseta y se la quité, dejando al aire ese cuerpo que tantas veces había visto en fotos. Mis ojos se clavaron en los suyos cuando sentí que entraba en mí con dos dedos, apartando delicadamente mis bragas. Pegó su boca a la mía, mientras jadeaba, y con su mano izquierda se desabrochó los botones de su pantalón vaquero.


Definitivamente, iba siempre en comando.


Acercando mis caderas más a él, pude sentir como entraba lentamente. Se mordió el labio cuando estuvo totalmente dentro, sintiendo como me estrechaba a su alrededor. Al principio sus sacudidas eran delicadas, suaves, casi parecía que me pedía permiso cuando salía para volver a entrar. Pero una vez que mi excitación aumentó, y apenas podía reprimir mis gemidos, Robert aumentó la velocidad. Agarró mis caderas y comenzó a embestir con más fuerza. Apoyó la cabeza en mi hombro, y noté su lengua, caliente y húmeda, recorrer mi cuello de arriba abajo, mordisqueando de vez en cuando. Entrelacé mis piernas alrededor de su cintura, facilitándole el trabajo, y llevé mis manos a su pelo, acariciándolo con fuerza, justo como a él le gustaba.


En cuestión de segundos, yo no pude aguantar más, y llegué al orgasmo, casi al mismo tiempo que él. Y mientras lo hacía levantó la cabeza y cerró los ojos con fuerza, apretando la mandíbula y gimiendo. Los músculos de su cuello se tensaron, haciendo que pareciera un auténtico dios del sexo. Y casi pensé que iba a tener otro orgasmo teniendo esa imagen ante mí.


Con las piernas temblorosas, me bajé del bordillo, tamabaleándome, pero Robert me agarró por el brazo, acercándome a él, y me abrazó.


-“¿Ya ibas a huir de mí otra vez?“ - me dijo con su voz profunda. Recorrió mi espalda sudada con sus manos.


-“Solo iba a beber agua.“ - le dije contra su pecho. Podía escuchar su corazón latiendo desbocadamente. Y era el sonido más increíble del mundo.


Me liberó después de darme una palmada en mi trasero y fui a buscar un gran vaso de agua. Estaba deshidratada, por el alcohol y por el polvo más increíble que me habían echado en mi vida. Cuando volví al salón, Robert estaba abrochándose el pantalón y poniéndose su camiseta. ¿Cómo alguien podía ser tan bueno en el sexo sin ni siquiera quitarse el pantalón?


-“¿Ya te vas?“ - le pregunté, desconcertada. No hacía ni 5 minutos que me preguntaba si estaba huyendo, y ahora el que parecía que huía, era él.


-“No lo se.“ - me dijo después de una pausa, mirándome fijamente. Fruncí el ceño. -“Lola, estoy tan confundido como tú. Ni siquiera se que acaba de pasar.“


-“Pues ya eres mayorcito para que te lo expliquen.“


-“Lola, los dos tenemos pareja, y mira lo que hacemos. Y lo peor es que… yo no me arrepiento. No se que me pasa, pero cada vez que estás cerca es como si me olvidara de todo lo demás y solo pensara en… hacer lo que acabamos de hacer.“


-“Lo se.“


-“Y por mucho que intento frenarme, esa fuerza o lo que sea que hay entre los dos, me empuja, me tira más a ti.“


-“Ya.“


-“Y no quiero complicarte la vida, porque no te lo mereces. No quiero que seas una cualquiera que me puedo tirar cada vez que mi polla lo necesite.“


-“Ya.“


-“¿Podrías decir algo más que monosílabos, por favor?“


-“Vale. Quiero decir… Estoy tan abrumada como tú. Y creéme que me pasa lo mismo. Yo tampoco se como lidiar todo esto, Rob.“


-“Esto no puede volver a pasar. Mi vida es demasiado caótica como para involucrarte en ella.“


-“No me importa involucrarme en tu caótica vida, Robert, de verdad.“


-“No sabes lo que dices. Además, no podemos hacerle eso a Bobby. Quedará entre nosotros. Le echaremos la culpa al alcohol.“ - Robert se acercó más a mí y me levantó la barbilla, haciendo que lo mirara a los ojos. -“No volverá a pasar, ¿de acuerdo?“


-“De acuerdo.“ - le dije yo después de unos largos segundos pensando. Clavó sus ojos verdes sobre los míos y después, como si me lo estuviese rogando, apretó sus labios contra los míos. Otra vez. -“Ahora es mejor que me vaya. Podemos hablar mañana.“


No pude decir nada más. ¿Por qué me besaba después de decirme que esto no iba a volver a pasar? Lo acompañé hasta la puerta y se fue, dejándome aún si cabe, mucho más confusa que el día anterior. Me llevé el cuello de la camiseta hasta la nariz. Todavía olía a él.


En ese momento, sonó mi móvil: Bobby. Tenía cuatro llamadas perdidas de él. Casi sin habla, descolgué...









12 comentarios:

  1. que fuerte...que fuerteeee y ahora que ???? no me gustaría nada estar en el puesto de Lo ... o quizas si ! uffff
    Graciasssssssssss, me tienes enganchada y quiero más xD.
    Un besooooo

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  2. :O joder pobre Bobby... Yo sinceramente...creo que habria tenido mas fuerza de voluntad aunque hubiera sido con el Dios del sexo.... xq agüita...
    Yo tb estoy enganchada máaaaaaaaaaaaaaaaaas!!!

    Muuuuaaaaaaaaaaaaaaaaas

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  3. JOOOOOOOOOOOOODERRRRRRRRRR, no te imaginas lo enganchada que estoy al fic!!!!!!!!!! la caña tia, todos los dias entro para ver si hay capitulo, por diosss!!! hasta sueño con este fic, incluso despierta, hoy en el coche me estuve imaginando la escena del cuarto de baño... mmmm que ganicas de algo así, por dios!!!

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  4. jooooodeeer ke fuerte!!!! madre mia ke pedazo capitulo...estoy super super enganchada a este fic...ufffff....la verdad es ke lola esta en un lio de los gordos....ke pasara ahora?? ke ganas de leer maas!!
    Ke monoso Tomstu....ke riiico escuchando a lola y dandole consejos, le veo tan asi en la vida real tambien.....ke rico
    por cierto....YO SOY DE LA RIOOOOJAA!!! lo digo por lo del vino de rioja, ke buen gusto tienes rob, si si....la verdad es ke esta muuy rico, teneis ke probarlo :D
    Bueno...un besito enorme y hasta la proxima!!

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  5. wow!!! que capituloooooo, yo sabia q Roberto no era tan malo xD pero a ver... es Robert!!!

    aunque me da mucha pena con Bobby... Dios :( q dilema!!!!

    tu fic es espectacular, felicidades!

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  6. woooo, que capitulo, y con la música estuvo genialisimo, yo también estoy enganchada de estye fic xD... pobre bobby que me da penita, pero rob es ROB. R-O-B-E-R-T! xD, que dilema creo que no podría soportar lo de lola y ya estaría bajo tierra, Tom es un sol, y ambos cayeron bajo el embrujo de los pattinson xD
    maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssssss, besos!

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  7. A mi este fic me mata...

    “No me iba a dar tiempo para recuperarme. Tenía que tomar medidas extremas, como irme de Londres, volver a Madrid y desintoxicarme como si fuese una yonki adicta a la boca de Robert Pattinson.“

    Me he muerto con esa frase, que razón tan grande ajjajaaja

    Actualiza prontooo!!!!!

    besitos!

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  8. Eso de que no va a volver a pasar no se lo creen ni ellos..genial el capítulo.
    Pobre Bobby es un encanto

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  9. MUERO POR SABER Q VA A PASAR, POR FAVOR ACTULIZA PRONTO X LO Q MAS KIERAS.... PLISSS GRACIAS

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  10. Tu fic me tiene totalmente enganchada creo que ya estoy sufriendo un síndrome de abstinencia de que extraño otro capitulo, aunque esto no quiere decir que te presione si ya es un regalo que nos das con tu fic.

    Y estoy de acuerdo con Agente starling ni ellos se creen que no volverán a estar juntos, solo espero que Bobby no sufra de mas.

    Abrazos

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  11. POR FAVORRR NENA ACTUALIZA, QUE ME ESTOY MURIENDO DE ANGUSTIA POR NO SABER Q PASARA CON ESTOS CHICOSSS, TE JURO Q NO DUERMO, NO VIVOOO JIJI

    BESITOS!!!

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  12. no puedo comentar..estoy sin palabras.....

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